Voluntarios de la Escuela de Reiki de Móstoles realizan sesiones en Fundación Amás con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas

Mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad intelectual es el objetivo que persigue Fundación Amás. Por eso, el acuerdo de voluntariado entre Fundación Amás y la Escuela Maestría Reiki de Móstoles se basa en este fin.

Más de veinte personas, en concreto, de la residencia y centro de día Parque Coimbra reciben desde el mes de marzo sesiones de 30 minutos cada quince días. Los encargados de preparar y realizar estas sesiones son un grupo de voluntarios de dicha escuela dirigida por David Blázquez León, terapeuta y maestro de Reiki.

El grupo de voluntarios de Reiki lo conforman Alberto, Anastasia, Carlos, David, Ionela, Iraida, Javier, Maribel, Natalia, Raquel, Rocío, Sofía y Tere. “Las personas que están recibiendo las sesiones han acogido muy bien la energía Reiki, con sensaciones muy placenteras, que les hacen estar más tranquilos y relajados. Veremos con el paso de los meses cómo evolucionan y los efectos positivos que van teniendo en su día a día”, detalla David Blázquez, director de la Escuela.

«Esta colaboración busca mejorar la calidad de vida de las personas, pero también potenciar y estrechar lazos con la sociedad. Es importante construir puentes y conexiones sociales, ya que ambas partes se enriquecen. Seguimos de cerca las mejoras de las personas y si es una práctica que, efectivamente, aumenta la calidad de vida, plantearemos ampliar el número de personas que reciben estas sesiones», explica Ismael Carrillo, Director General de Atención a Personas.

El Reiki es una terapia complementaria reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre sus beneficios para las personas destacan el estar relajados y centrados, con pensamientos más calmados, mejora la calidad del sueño, reduce malos comportamientos o crisis nerviosas que se tengan; y calma dolores, entre otros.