Los micro huertos de la inclusión dan sus primeros frutos en Leganés: “es importante que vengamos vecinos para que ésto no sea un gueto”

Los microhuertos de la inclusión en Leganés. Foto: Fundación AMÁS.

Los microhuertos de la inclusión en Leganés. Foto: Fundación AMÁS.

 

Así describe el proyecto “Sembrando inclusión” una de las madrinas de los siete micro huertos del Centro Ocupacional de Fundación AMÁS en Leganés. En solo seis meses se han alquilado todos los huertos creando un espacio medioambiental e inclusivo.

 

El 19 de enero arrancaba el proyecto “Sembrando inclusión” en el Centro Ocupacional de Fundación AMÁS en la calle Sufragio de Leganés. Con el apoyo de la Asociación ACCTUA y la colaboración del Ayuntamiento de la localidad madrileña, hace seis meses se puso en marcha la iniciativa que contó con tres madrinas iniciales: Gema Isabel Martín, vecina de Leganés, Pilar Haijón, voluntaria de ACCTUA y María Ángeles Durán, Presidenta de esta misma asociación. Las imágenes nos muestran los huertos en pleno invierno, una estampa que seis meses después ha cambiado y mucho.

Imagen de los microhuertos en enero. Foto: Fundación AMÁS.

Imagen de los microhuertos en enero. Foto: Fundación AMÁS.

 

“Sembrando inclusión” ya está recogiendo su cosecha de solidaridad y visibilidad de las personas con discapacidad intelectual, como lo que son, ciudadanos normales de pleno derecho. Los siete micro huertos iniciales están alquilados,  según nos dice  Sergio González Aguinaga , director del Centro Ocupacional de Fundación AMÁS en Leganés “incluso hay petición de otros dos más”. Tras el éxito del proyecto, se está contemplando la posibilidad de ampliar el espacio con zonas ajardinadas y bancos abiertos a los vecinos de Leganés, también para los más pequeños, niños de 3 a 6 años que comenzarían a jugar aprendiendo a respetar el medio ambiente.

La experiencia de los primeros jardineros inclusivos.

En contra de lo que se podrían creer, muchos de estos vecinos metidos a cultivadores de tomates y espinacas, no tienen ninguna relación con el mundo de la discapacidad intelectual. Es el caso de Rafael García: “ yo no conocía a nadie con discapacidad intelectual ni había tratado con ellos, la experiencia ha sido muy buena, muy positiva. Mis hijas se enteraron y pensaron que me podía venir bien, siempre he querido tener tierra para sembrar, a raíz de los microhuertos vengo de voluntario a jardinería, me siento muy cómodo”.

Cuidando la cosecha en los microhuertos. Foto: Fundación AMÁS.

Cuidando la cosecha en los microhuertos. Foto: Fundación AMÁS.

Una normalidad que es recíproca, los usuarios del taller de jardinería del Centro Ocupacional que ayudan a cuidar las huertos, han tenido la misma sensación, tal y como lo describe Juan Ramón Delgado: “me ha sorprendido gratamente el trato con normalidad que tenéis con las personas con discapacidad. Llevo muchos años en esto y es curioso porque el trato es de tú a tú.”

Gema Martín si tiene un hermano con discapacidad, por eso valora la importancia de este tipo de proyectos inclusivos: “El trato tiene que ser como con otras personas, hablarles con normalidad, explicarles las cosas de forma clara y repetirlo si es necesario. La sociedad está cambiando. Deberían hablarles a los niños pequeños de diversidad, si se educase en este sentido no tendríamos que hablar de inclusión”.

Y ese es el objetivo de proyectos como “Sembrando inclusión”, algo que describe muy bien Nerea Puig, otra de las madrinas de los huertos: “: Nosotros vinimos  porque nos dabais la oportunidad de conocer el centro, estar en la naturaleza y estar con personas con discapacidad. Es importante que pueda haber gente de la calle que participe y esto no sea un gueto.”

Con unas medidas de 2,5 metros de ancho y 1,5 de largo, diseñados para ser accesibles a todo tipo de personas, los microhuertos de la inclusión ya han conseguido su primer objetivo: sembrar solidaridad. Ahora está en nuestros manos continuar abonando proyectos inclusivos para recoger la cosecha de una sociedad más justa y saludable.