Un abrazo puede significar muchas cosas. Puede ser consuelo, confianza, complicidad… incluso puede convertirse en el inicio de algo realmente transformador. Hace más de 17 años, varias mujeres con discapacidad intelectual decidieron encontrarse, acompañarse y abrazarse mutuamente. Aquella decisión, sencilla pero a la vez muy poderosa, dio lugar a lo que hoy conocemos como MAM, Mujeres que Apoyan a Mujeres, una red de mujeres que Fundación AMÁS ha respaldado desde el primer día, como parte de su compromiso firme con la inclusión, la dignidad y los derechos de las mujeres.
Referentes en igualdad
Hoy esa iniciativa que nació de un simple abrazo, se ha convertido en un grupo dinámico, formado por 21 mujeres que son referentes en su ámbito. Todas ellas comparten un espacio seguro y cercano donde pueden hablar con libertad sobre la violencia de género que muchas han vivido y buscar juntas estrategias para afrontarla.
Como cuenta María Luisa Martínez, integrante de esta comunidad, “aquí hablamos sobre cómo enfrentarnos a los abusos, sobre nuestros cuerpos y también sobre cómo alzar la voz por nuestros derechos”.
“Las mujeres con discapacidad intelectual tenemos más dificultes para comprender algunas cosas, pero eso no significa que tengamos menos derechos. En el grupo MAM, pedimos más apoyos para que nuestros derechos se cumplan”
Fátima Barba, miembro del Grupo MAM
Para Fátima Barba, también participante activa del grupo, el mensaje es claro. “A veces nos cuesta entender algunas cosas, pero eso no significa que tengamos menos derechos. En MAM pedimos más apoyos para que esos derechos sean reales”, destaca.
Las sesiones las realizan en el Centro para la Igualdad 8 de marzo en Fuenlabrada con el acompañamiento de una profesional y tres personas voluntarias especializadas en igualdad de género y discapacidad. Este equipo cuida cada detalle para mantener un ambiente íntimo, cercano y respetuoso con todas las integrantes.
Voces que inspiran
A lo largo de los años, esta comunidad ha participado activamente en talleres, charlas y conferencias, llevando su experiencia a institutos, universidades y organismos públicos. Tal y como explica Marta Hidalgo, una de sus representantes, “las mujeres con discapacidad somos mujeres valientes y fuertes y queremos los mismos derechos que cualquier otra persona”.
Fundación AMÁS cree en el valor de acompañarlas en este camino hacia una mayor participación social y donde ellas mismas sean las protagonistas de sus historias. Este compromiso ha sido reconocido con un premio especial en la décima edición de ‘Lo que tú haces cuenta’, que distingue su esfuerzo, superación y entrega diaria.
Para Ana María González, que forma parte de este grupo desde hace años, recibir este reconocimiento fue muy significativo. “Nos emocionó mucho, porque pone en valor todo lo que hacemos cada día. Sobre todo, nuestro compromiso, nuestra autonomía y nuestras ganas de participar” recalca.
El valor de caminar juntas
En sus 17 años de recorrido, este proyecto ha evolucionado sin perder su esencia, que es la de promover la igualdad entre mujeres y hombres en todos los ámbitos. Recientemente han lanzado un programa piloto que invita a familiares a formar parte de las sesiones, creando así puentes más sólidos entre el entorno familiar y la formación en igualdad.
“Lo que más valoro de estar juntas es que todas luchamos por un objetivo común: que seamos todas iguales”
María Luisa Martínez, miembro del grupo MAM
Con la vista puesta en el futuro, las participantes sueñan con más presencia en la esfera pública, más oportunidades y más formación. “Queremos que nos conozcan, seguir trabajando nuestras emociones, y tener cursos que nos preparen para trabajar en lo que nos gusta,” comparten Fátima y Ramona Bolopa. Y como destaca con orgullo María Luisa, “lo mejor de estar juntas es que todas luchamos por lo mismo: que seamos iguales.”
Las participantes lanzan una llamada clara a las instituciones públicas, subrayando la necesidad de un compromiso real especialmente con las mujeres que enfrentan mayores barreras. Marisa pone énfasis en quienes no pueden comunicarse fácilmente. “Tenemos que seguir siendo las voces de las mujeres que no se pueden expresar, como las que tienen grandes necesidades de apoyo. Necesitamos más ayuda de las administraciones públicas, porque no todas somos autónomas y si queremos derechos, deben ser derechos para todas». Por su parte, Ramona lo resume con fuerza: “Las administraciones solo nos escuchan cuando pasa algo grave. Y eso no debería ser así».
Mucho más que un abrazo
Mujeres que apoyan a mujeres surgió de un encuentro, de un abrazo y con el impulso constante de Fundación AMÁS, se ha convertido en un espacio de referencia. Aquí las mujeres se sienten seguras y escuchadas. Comparten historias que antes no podían contar, aprenden unas de otras, se apoyan y celebran la vida juntas. Son 21 mujeres caminando juntas y enseñando al mundo que la igualdad empieza cuando hay respeto, cariño y escucha. Y que cuando todo esto se une, los abrazos dejan de ser gestos individuales para convertirse en movimientos que cambian realidades.