El 5 de diciembre se celebra el Día Internacional del Voluntariado, un día que reconoce la labor de miles de personas que dedican su tiempo a acompañar y apoyar a quienes más lo necesitan de forma altruista.
En Fundación AMÁS, el voluntariado es mucho más que ayudar. Es compañía, amistad y un motor que construye inclusión. Un ejemplo inspirador es el de Lydia Ochando Rubio, de 27 años, voluntaria en el centro residencial Nuevo Parque Polvoranca, en Leganés.
Su acción voluntaria consiste en acompañar a personas con discapacidad en paseos, ayudarles en sus compras, participar en actividades fuera del centro o compartir momentos sencillos como ver una película o leer juntos.
Desde que llegó a la Fundación, Lydia sintió que estaba en el lugar adecuado. “El primer día me sentí bien porque al final salí de aquí muy contenta con lo que había estado viendo y también con la gente que había conocido”, recuerda. Esa primera impresión se convirtió pronto en un vínculo especial con los chicos y chicas del centro.
Con el paso de los meses, la relación se fue afinanzando y los gestos de cariño comenzaron a marcar su experiencia. “Mi momento más especial fue cuando ya llevaba aquí unos días y cada vez que venía, venia uno de los chicos corriendo a saludarme, dándome abrazos y besos”, explica emocionada. Para ella, esos abrazos son la mejor recompensa a su compromiso como voluntaria.
“Ser voluntario es una experiencia muy bonita, te llena mucho como persona y te llevas grandes amigos”
Lydia Ochando Rubio, voluntaria en Fundación AMÁS
El voluntariado, opina, no solo beneficia a quienes reciben apoyo, sino también a quienes lo ofrecen. “La gente que quiera ser voluntaria, sin duda, que lo haga, porque es una experiencia muy bonita, te llena mucho como persona, haces conocidos y te llevas grandes amigos ”. Sus propias palabras reflejan la riqueza de una experiencia que transforma y que deja huella en quienes la viven.
Además, Lydia destaca la acogida que recibió desde el primer día por parte de Fundación AMÁS. “Todos los profesionales de la Fundación me han acogido muy bien”, detalla. Esa sensación de pertenencia y apoyo, sin duda, refuerza el valor del voluntariado como un espacio de crecimiento personal.
El valor del voluntariado en Fundación AMÁS
La historia de Lydia es un reflejo del significado del voluntariado en Fundación AMÁS. Es un intercambio de afecto, aprendizaje y solidaridad que fortalece la comunidad y promueve la inclusión de las personas con discapacidad intelectual.
En el Día Internacional del Voluntariado, desde Fundación AMÁS, queremos agradecer a todas las personas que, como Lydia, hacen posible que cada jornada esté llena de compañía, sonrisas y felicidad. Su confianza en la Fundación AMÁS demuestra que el voluntariado no es solo dar tiempo, sino recibir experiencias y enriquecer la vida de las personas con discapacidad intelectual.
Si tu tambien quieres ser voluntario, súmate aquí