Fundación AMÁS ha participado en la Semana del Voluntariado de Móstoles, un acto organizado por el Ayuntamiento de Móstoles, que se celebró entre el 17 y 21 de noviembre y que contó con talleres, sesiones formativas y mesas informativas. La entidad contó con un punto propio de voluntariado en el Punto de Información al Voluntariado (PIV), acercando a la ciudadanía sus programas y proyectos y reforzando l compromiso con la inclusión y la participación social.
Esta iniciativa del consistorio sirvió para ofrecer información a la ciudadanía de Móstoles sobre las distintas formas de colaborar con la entidad, compartir experiencias y visibilizar cómo el voluntariado se convierte en un motor de inclusión y cohesión social.
Ismael Carrillo, director general de Fundación AMÁS, subrayó en la Cadena SER Madrid Oeste la amplitud de la participación voluntaria en la Fundación AMÁS. “La participación del voluntariado en nuestra Fundación es extensísima, se puede organizar a través del apoyo en grupos (como en el servicio de ocio o cultura) como individuales”, contaba a los micrófonos de la Cadena Ser.
Carrillo, además, destacó el valor humano de esta colaboración. “Se establece una relación humana muy importante y fundamental. El aspecto humano es completamente distinto entre el voluntario y la persona que recibe ese voluntariado”, detallaba.
Reconocimiento al voluntariado
El voluntariado en nuestra entidad abre la puerta a experiencias únicas, donde cada persona puede aportar su tiempo y entusiasmo para transformar vidas. Y esas experiencias se reflejan en las historias de quienes, día a día, hacen posible que el voluntariado sea una realidad.
Rosa Parreño lo sabe bien. Hace más de tres décadas decidió acompañar a personas con discapacidad intelectual en unas vacaciones de verano y descubrió un mundo que la atrapó desde el primer momento. “Yo gano más de lo que puedo aportar. Es algo recíproco. Me han enamorado. He hecho un ‘match’ con ellas”, confesaba sobre su implicación en el grupo de mujeres de Fundación AMÁS.
También lo sabe Jaime Aguareles, que cada semana ha estado presente en la cancha de baloncesto, compartiendo entrenamientos, risas y vínculos con las personas de la Fundación. “Lo que más me llena es el cariño que te transmiten estos chavales”, aseguraba. Para él, el deporte ha sido un puente hacia valores como el respeto y la empatía. Su experiencia como voluntario le ha transformado profundamente y lo lleva a animar a otros a dar el paso: “Ser voluntario es una experiencia que te llena mucho”.
Así, la Semana del Voluntariado de Móstoles no solo ha servido para visibilizar la labor de Fundación AMÁS, sino también para recordar que detrás de cada acción solidaria hay personas como Rosa y Jaime, que con su compromiso y su ejemplo demuestran que el voluntariado es, básicamente, una forma de vida.
