Juan María Sanz, adolescente del Servicio de Apoyo a la Infancia y Adolescencia de Grupo AMÁS. Foto: Grupo AMÁS.

Adolescentes con diversidad funcional: Conquistar la independencia a través del modelo centrado en la familia de Fundación AMÁS

Juan María Sanz, adolescente del Servicio de Apoyo a la Infancia y Adolescencia de Fundación AMÁS. Foto: Fundación AMÁS.

Juan María Sanz, adolescente del Servicio de Apoyo a la Infancia y Adolescencia de Fundación AMÁS. Foto: Fundación AMÁS.

Juan María Sanz tiene 15 años, un adolescente con diversidad funcional que, como cualquier chico de su edad, quiere empezar a volar solo y hacer cosas como utilizar el transporte público sin acompañamiento. El modelo centrado en la familia, que aplican los profesionales del Servicio de Apoyo a la Infancia y Adolescencia, de Fundación AMÁS, hace posible grandes logros como éste, que mejoran la calidad de vida de muchas personas.

La suma de profesionales, más padres, madres y hermanos, da como resultado el modelo centrado en la familia que aplica Fundación AMÁS en sus centros de Atención Temprana y de Servicio de Apoyo a la Infancia y Adolescencia. Un cambio de mirada que centra a los profesionales en cada persona de forma individual, con su entorno familiar, sus necesidades y sus apoyos.

Es el caso de Juan María Sanz, su madre, Carolina García y la terapeuta de Fundación AMÁS, Patricia Fernández. Han trabajado juntos, venciendo obstáculos y miedos. El resultado es un adolescente que ha ganado confianza y que empieza a moverse por el mundo.

Juan María Sanz, su madre, Carolina García y la terapeuta de Fundación AMÁS, Patricia Fernández. Foto: Fundación AMÁS

Juan María Sanz, su madre, Carolina García y la terapeuta de Fundación AMÁS, Patricia Fernández. Foto: Fundación AMÁS

“Voy solo en el autobús, estoy muy orgulloso, es muy importante para mí”

La frase resume la importancia de este éxito y el empoderamiento que supone para Juan María esta primera conquista de independencia a sus 15 años. Ha logrado superar barreras y demostrar que nada es imposible, solo es necesario aplicar los apoyos que cada persona necesita.

Juan María Sanz ha recibido tratamientos desde sus primeros meses de vida en Atención de Temprana de Fundación AMÁS, a partir de los seis años pasó al Servicio de Apoyo a la Infancia y Adolescencia (STEIA).  La perseverancia de sus padres y la confianza de su familia en el trabajo en equipo con los profesionales, ha dado sus frutos. Por el camino, dudas, momentos de miedo, pero sobre todo la certeza de tener detrás un equipo que apuesta por la calidad de vida y los derechos de las personas con diversidad funcional y sus familias.

Juan María logrando metas. Foto: Fundación AMÁS.

Juan María logrando metas. Foto: Fundación AMÁS.

Viajar solo en autobús de su casa al centro de STEIA en Móstoles, formaba parte del Plan Anual de Objetivos que Juan María expresó a su terapeuta, Patricia Fernández, profesional del Servicio de Apoyo a la Infancia y Adolescencia de Fundación AMÁS. Ahora este adolescente ya tiene más metas por delante: “Ahora quiero empezar a viajar solo a otros sitios y cuando sea mayor me gustaría ser profesor de Educación Física”.

Los miedos de una madre y la confianza en los profesionales.

Carolina García, como cualquier madre, quiere lo mejor para su hijo. “El día que Juan María cumplió 15 años, un amigo de mi hijo vino solo al cumpleaños en autobús, entonces pensé que me lo tenía que plantear. Hablé con Patricia y me dijo: vamos a intentarlo”.

En las sesiones conjuntas con la familia, Patricia Fernández comenzó a trabajar con Juan María distintas materias como habilidades sociales en el autobús, referencias visuales, paradas, etc. Pero entonces llegaron los miedos de Carolina: “A los 15 días me rajé, era septiembre, sus sesiones son a las 7 de la tarde y ya se hacía de noche. Se lo dije a Patricia e inmediatamente encontramos la solución, ya que nos adelantó la hora para adaptarse a nuestras necesidades”.

Juan María Sanz. Foto: Fundación AMÁS.

Juan María Sanz. Foto: Fundación AMÁS.

Y a partir de aquí comenzó un proceso en el que el propio Juan María, su familia y los profesionales han sumado esfuerzos “pensando conjuntamente los pasos con Patricia, al principio íbamos en el autobús como si no nos conociéramos”, recuerda Carolina.

El aprendizaje de Juan María ha llevado además a adquirir habilidades sociales, autoconfianza, responsabilidad, manejo de nuevas tecnologías, etc: “En Reyes me han regalado un móvil, a través del washapp, le mando a mi madre mi ubicación para que esté tranquila. ¡Eso sí!, no le enseño a nadie mi contraseña”, nos explica Juan María sonriente.

El mensaje a las familias de adolescentes con diversidad funcional.

Carolina García tiene cinco hijos, tiene claro que los miedos siempre existen: “Claro que les puede pasar algo, a todos, pero cada uno ha recibido el apoyo que ha necesitado para saber reaccionar. Juan María igual, sus apoyos son diferentes, yo necesitaba que un profesional como Patricia me ayudara en el camino y éste es el resultado”.

Un cambio de mirada protagonizado por esta familia que se convierte en un mensaje para muchos padres y madres con hijos o hijas con diversidad funcional, ya que los resultados del modelo centrado en la familia hablan por sí mismos.

Juan María y su madre, Carolina. Foto: Fundación AMÁS.

Juan María y su madre, Carolina. Foto: Fundación AMÁS.

“La actitud familiar beneficia mucho a los menores, trabajar en conjunto con los padres siempre es beneficioso”, explica Patricia Fernández. Tal y como señala esta profesional, el proceso en Juan María ha sido espectacular, “yo le conocí hace 3 años, empezamos a trabajar especialmente aspectos relacionados con la comunicación y él fue expresando sus deseos, entre otros quería hacer teatro. En este sentido, buscamos recursos para que pudiera hacer esta actividad y así participó en los cuenta cuentos para los peques de Atención Temprana”.

Siempre, trabajando con su familia, la progresión es imparable: “Ahora tiene mucha seguridad, confía en sí mismo, no tiene miedo. Antes le costaba acercarse, actualmente se ha empoderado”, asegura Patricia.

Juan María, como cualquier chico de su edad, tiene muchos sueños, unos se cumplirán, otros no, pero lo cierto es que cuando se encuentra con obstáculos, entre su familia y el equipo de profesionales de Fundación AMÁS, se buscan apoyos y soluciones.

Lejos de una burbuja de cristal este adolescente se prepara para ser un adulto con calidad de vida. Y eso, siempre es un triunfo.